Agosto de 2006
Bakatá – Colombia, Amerrikua Sur
Cuarto de siglo, 25 años de labranza cultural y espiritual de la Mancomunidad de la Amérika India Solar – MAIS en Colombia, alas de cóndor que se extienden, arco iris en la frente de mujeres y hombres mestizos que retornan como el hijo pródigo a su casa, a la América India, a la heredad de la cultura ancestral del continente, resguardada por los pueblos indígenas, sus ancianos y ancianas, pese a mas de 500 años de silenciamiento.
El 21 de agosto de 1981 en una reunión en esa noche llena de anuncios y esperanzas, el Anciano y Maestro Domingo José Dias Porta sembró la semilla de MAIS en Colombia, en Bogotá, Bakatá, tierra de labranza. Peregrino del saber desde la década del cincuenta, el 7 de octubre de 1977 había sembrado las primeras semillas de MAIS en Otavalo – Ecuador y llevaba entonces cuatro años recorriendo los países de América, instaurando MAIS, abriendo maisales, anunciando el reverdecer de las culturas ancestrales para beneficio del continente y el mundo.
De sus labios salieron palabras que despertaron la memoria de una sociedad adormecida desde las épocas nefastas de la invasión de América, recordó que las ciudades mestizas estaban construidas en territorio ancestral y legendario de pueblos indios fundados en una concepción sabia y trascendente de la vida. Anunció que los Ancianos de Amerrikua empezaban a salir, a levantar sus voces para compartir el Dorado de su sabiduría con mensajes que resultarían importantes para las sociedades mayoritarias, que sus profecías se estaban cumpliendo y su conocimiento estaba servido para quienes tuvieran la fortaleza y la pureza de sentarse a la mesa natural del rito y la cultura y quisieran dedicar sus vidas a servir o al menos a procurar ser mejores seres humanos.
A partir de allí, lluvia de conocimientos y experiencias, tribus itinerantes urbanas que se congregan a despertar el indio interno que cada quien lleva, tejidos en permanente construcción con los pueblos indígenas, con hombres y mujeres, niñas y niños de rostro ancestral y anhelo puro, rituales entregados ahora como medicina en el conmocionado mundo actual, plantas sagradas, cantos sagrados, peregrinajes por las tierras santas de Amerrikua, encuentros para la plegaria comunal, danza que eleva el espíritu de estos tiempos, retorno hacia el fuego encendido en edades remotas para avanzar hacia un mundo capaz de vivir en paz y ver la maravillosa estructura del universo.
Las masorkas, integrantes de MAIS, inmersas en ese mapa de caminos de la cultura profunda, antigua, vigente, lanzada como enjambre conciente de flechas iluminadas hacia el futuro humano, celebramos en el ritual del corazón, estos 25 años de trabajo y alegría, con reconocimiento pleno a los Pueblos Indígenas, a sus Ancianos y Ancianas, a nuestro Fundador e Inspirador, el Anciano Domingo José Dias Porta, a sus Altos Maestros Serge Justinien Raynaud de la Ferriere y José Manuel Estrada Vásquez.
Invitamos a las hijas y a los hijos de Amerrikua, el país de los vientos, a beber de las sagradas lagunas, su agua viva, su savia eterna, para encender el corazón, para emplumar, para entregarse al mundo como un río. Les invitamos a sentarse en sus vidas cada noche, como el abuelo se sienta cada noche en su maloka de la selva con los espíritu sagrados del tabaco y de la coca para pronunciar palabra dulce, para guiar el destino de su pueblo, para apagar la candela de la violencia humana, para amanecer en obra, en salud, en cosecha, en alegría y sabiduría para todos y todas, para recordar siempre y cantar al Padre y a la Madre dadores de la vida en el universo. Les invitamos a convertirse en tambores, en sonajeras, en quenas, que convoquen a la gran tribu humana a ser pueblo de luz, uno y diverso, sabio, en paz y libre.
Nuestra veneración a la Madre Naturaleza. Oh! Chim, Chiminigagua, Madre, Gran Espíritu: Veneración y Alegría, Gratitud y Respeto. Amor Eterno.
In Lak’eh ! (yo soy tu) - A Lak’en ! (tu eres yo)
Por MAIS en Colombia, el Maisal Zuhuscansuca, el Consejo Comunal,
PAZ
Luis Orlando Carrillo Vásquez
Coordinador de Principios, masorka
“Que la germinación se haga, que el alba se haga. Que numerosos sean los verdes caminos, las verdes sendas que nos dais. Que tranquilas, muy tranquilas, estén las tribus. Que perfectas, muy perfectas, sean las tribus. Que perfecta sea la vida, la existencia que nos dais . . . Antigua Ocultadora, Abuela del Día, Abuela del Alba. Que la germinación se haga, que el alba se haga.”
POPOL VUH
Bakatá – Colombia, Amerrikua Sur
Cuarto de siglo, 25 años de labranza cultural y espiritual de la Mancomunidad de la Amérika India Solar – MAIS en Colombia, alas de cóndor que se extienden, arco iris en la frente de mujeres y hombres mestizos que retornan como el hijo pródigo a su casa, a la América India, a la heredad de la cultura ancestral del continente, resguardada por los pueblos indígenas, sus ancianos y ancianas, pese a mas de 500 años de silenciamiento.
El 21 de agosto de 1981 en una reunión en esa noche llena de anuncios y esperanzas, el Anciano y Maestro Domingo José Dias Porta sembró la semilla de MAIS en Colombia, en Bogotá, Bakatá, tierra de labranza. Peregrino del saber desde la década del cincuenta, el 7 de octubre de 1977 había sembrado las primeras semillas de MAIS en Otavalo – Ecuador y llevaba entonces cuatro años recorriendo los países de América, instaurando MAIS, abriendo maisales, anunciando el reverdecer de las culturas ancestrales para beneficio del continente y el mundo.
De sus labios salieron palabras que despertaron la memoria de una sociedad adormecida desde las épocas nefastas de la invasión de América, recordó que las ciudades mestizas estaban construidas en territorio ancestral y legendario de pueblos indios fundados en una concepción sabia y trascendente de la vida. Anunció que los Ancianos de Amerrikua empezaban a salir, a levantar sus voces para compartir el Dorado de su sabiduría con mensajes que resultarían importantes para las sociedades mayoritarias, que sus profecías se estaban cumpliendo y su conocimiento estaba servido para quienes tuvieran la fortaleza y la pureza de sentarse a la mesa natural del rito y la cultura y quisieran dedicar sus vidas a servir o al menos a procurar ser mejores seres humanos.
A partir de allí, lluvia de conocimientos y experiencias, tribus itinerantes urbanas que se congregan a despertar el indio interno que cada quien lleva, tejidos en permanente construcción con los pueblos indígenas, con hombres y mujeres, niñas y niños de rostro ancestral y anhelo puro, rituales entregados ahora como medicina en el conmocionado mundo actual, plantas sagradas, cantos sagrados, peregrinajes por las tierras santas de Amerrikua, encuentros para la plegaria comunal, danza que eleva el espíritu de estos tiempos, retorno hacia el fuego encendido en edades remotas para avanzar hacia un mundo capaz de vivir en paz y ver la maravillosa estructura del universo.
Las masorkas, integrantes de MAIS, inmersas en ese mapa de caminos de la cultura profunda, antigua, vigente, lanzada como enjambre conciente de flechas iluminadas hacia el futuro humano, celebramos en el ritual del corazón, estos 25 años de trabajo y alegría, con reconocimiento pleno a los Pueblos Indígenas, a sus Ancianos y Ancianas, a nuestro Fundador e Inspirador, el Anciano Domingo José Dias Porta, a sus Altos Maestros Serge Justinien Raynaud de la Ferriere y José Manuel Estrada Vásquez.
Invitamos a las hijas y a los hijos de Amerrikua, el país de los vientos, a beber de las sagradas lagunas, su agua viva, su savia eterna, para encender el corazón, para emplumar, para entregarse al mundo como un río. Les invitamos a sentarse en sus vidas cada noche, como el abuelo se sienta cada noche en su maloka de la selva con los espíritu sagrados del tabaco y de la coca para pronunciar palabra dulce, para guiar el destino de su pueblo, para apagar la candela de la violencia humana, para amanecer en obra, en salud, en cosecha, en alegría y sabiduría para todos y todas, para recordar siempre y cantar al Padre y a la Madre dadores de la vida en el universo. Les invitamos a convertirse en tambores, en sonajeras, en quenas, que convoquen a la gran tribu humana a ser pueblo de luz, uno y diverso, sabio, en paz y libre.
Nuestra veneración a la Madre Naturaleza. Oh! Chim, Chiminigagua, Madre, Gran Espíritu: Veneración y Alegría, Gratitud y Respeto. Amor Eterno.
In Lak’eh ! (yo soy tu) - A Lak’en ! (tu eres yo)
Por MAIS en Colombia, el Maisal Zuhuscansuca, el Consejo Comunal,
PAZ
Luis Orlando Carrillo Vásquez
Coordinador de Principios, masorka
“Que la germinación se haga, que el alba se haga. Que numerosos sean los verdes caminos, las verdes sendas que nos dais. Que tranquilas, muy tranquilas, estén las tribus. Que perfectas, muy perfectas, sean las tribus. Que perfecta sea la vida, la existencia que nos dais . . . Antigua Ocultadora, Abuela del Día, Abuela del Alba. Que la germinación se haga, que el alba se haga.”
POPOL VUH
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