Niquis hermosos;
“No busques qué dar, date a ti mismo”, dice Walt Whitman, y yo pienso: esa es una de las mayores enseñanzas que me ha regalado Mais. Si pudiera darme a mí misma al mismo tiempo en diferentes espacios... estaría allá con ustedes; pero no es posible. En este momento hay plantas en mi jardín que necesitan de mi cuidado y de mi atención para poder florecer. ¡He trabajado tanto para que florezcan...! que ahora necesito concentrarme en ellas por completo. Al fondo escucho unas voces que me critican: ¿pero cómo no vas a ir a Ráquira?, ¡cómo no vas a estar con ellos!, ya no te van a querer como antes... ¡ya nada va a ser como antes!, entonces tomo la escoba y barro con juicio esas lenguas insidiosas, y les digo: claro que nada va a ser como antes, de eso se trata la vida.
A veces quisiéramos meter las relaciones en una burbuja de cristal donde todo es color de rosa, pero la realidad no es así, por suerte. Yo vivo en la realidad no en la fantasía. ¡Qué dura eres!, ¿por qué dura?, eso no cambia el amor que siento por los niquis, lo que me une a ellos no es un deber ni una obligación sino el afecto, la amistad que hemos tejido, y esa amistad es un jardín que no se califica de acuerdo a patrones morales: “está bien si voy a Ráquira, está mal si no voy”, me aburre el cuento del bien y el mal, me parece malsano, enfermizo y separatista. Estoy cansada de ese juego tonto de las víctimas y los culpables. Somos luz y somos oscuridad y lo mejor que podemos hacer por los demás y por nosotros mismos es ser como realmente somos, sin negación ni represión.
Es más sano danzar. La voz de la vida siempre está de fiesta. Ustedes allá estarán de fiesta y yo aquí estaré de fiesta. Así estaremos más juntos. Así los jardines que hemos sembrado ofrecerán su perfume con toda naturalidad.
Ahora recuerdo a Carlos Arturo diciendo: “Estoy hasta la coronilla de la metáfora y de escuchar que todo pasa por algo”. Sí, yo también estoy de acuerdo Carlos A., la metáfora expresa una parte del panorama pero no todo el panorama. Lo concreto, lo real, que me impide ir es que en la Universidad entró una nueva Coordinadora Académica a la Facultad y esto creo una nueva dinámica en cuanto a mi trabajo en la investigación. Tengo que hacer una entrega de la primera parte de los relatos el martes, y como en las últimas semanas no he avanzado en el libro porque he estado dedicada al documental de mi papá necesito trabajar mucho para poder cumplir esta entrega, que según el cronograma planteado por mí estaba programada para el 15 de este mes.
En este mundo en donde aún reinan tantas sombras nosotros somos un círculo de corazones puros, de espíritus guerreros, de jardineros del amor, estamos trabajando por la unidad, por el equilibrio y por la armonía, y ese trabajo tiene frutos principalmente adentro de cada uno de nosotros, en lo invisible, en nuestro ser interno.
Ya la cuestión más concreta de mi participación física en las actividades que desarrolle el Maisal de ahora en adelante la veo limitada, por un tiempo, por lo menos por este semestre. En este momento no me siento en capacidad de asumir compromisos a ese nivel.
Comprendo que el compromiso con Mais es un compromiso de libertad y así lo asumo. Lo esencial y lo importante es que yo hago parte del círculo intangible de Mais y voy a seguir haciendo parte, porque es un círculo de amor y el Amor es eterno.
No me quieran menos, yo los quiero cada día más.
Juliana.
“No busques qué dar, date a ti mismo”, dice Walt Whitman, y yo pienso: esa es una de las mayores enseñanzas que me ha regalado Mais. Si pudiera darme a mí misma al mismo tiempo en diferentes espacios... estaría allá con ustedes; pero no es posible. En este momento hay plantas en mi jardín que necesitan de mi cuidado y de mi atención para poder florecer. ¡He trabajado tanto para que florezcan...! que ahora necesito concentrarme en ellas por completo. Al fondo escucho unas voces que me critican: ¿pero cómo no vas a ir a Ráquira?, ¡cómo no vas a estar con ellos!, ya no te van a querer como antes... ¡ya nada va a ser como antes!, entonces tomo la escoba y barro con juicio esas lenguas insidiosas, y les digo: claro que nada va a ser como antes, de eso se trata la vida.
A veces quisiéramos meter las relaciones en una burbuja de cristal donde todo es color de rosa, pero la realidad no es así, por suerte. Yo vivo en la realidad no en la fantasía. ¡Qué dura eres!, ¿por qué dura?, eso no cambia el amor que siento por los niquis, lo que me une a ellos no es un deber ni una obligación sino el afecto, la amistad que hemos tejido, y esa amistad es un jardín que no se califica de acuerdo a patrones morales: “está bien si voy a Ráquira, está mal si no voy”, me aburre el cuento del bien y el mal, me parece malsano, enfermizo y separatista. Estoy cansada de ese juego tonto de las víctimas y los culpables. Somos luz y somos oscuridad y lo mejor que podemos hacer por los demás y por nosotros mismos es ser como realmente somos, sin negación ni represión.
Es más sano danzar. La voz de la vida siempre está de fiesta. Ustedes allá estarán de fiesta y yo aquí estaré de fiesta. Así estaremos más juntos. Así los jardines que hemos sembrado ofrecerán su perfume con toda naturalidad.
Ahora recuerdo a Carlos Arturo diciendo: “Estoy hasta la coronilla de la metáfora y de escuchar que todo pasa por algo”. Sí, yo también estoy de acuerdo Carlos A., la metáfora expresa una parte del panorama pero no todo el panorama. Lo concreto, lo real, que me impide ir es que en la Universidad entró una nueva Coordinadora Académica a la Facultad y esto creo una nueva dinámica en cuanto a mi trabajo en la investigación. Tengo que hacer una entrega de la primera parte de los relatos el martes, y como en las últimas semanas no he avanzado en el libro porque he estado dedicada al documental de mi papá necesito trabajar mucho para poder cumplir esta entrega, que según el cronograma planteado por mí estaba programada para el 15 de este mes.
En este mundo en donde aún reinan tantas sombras nosotros somos un círculo de corazones puros, de espíritus guerreros, de jardineros del amor, estamos trabajando por la unidad, por el equilibrio y por la armonía, y ese trabajo tiene frutos principalmente adentro de cada uno de nosotros, en lo invisible, en nuestro ser interno.
Ya la cuestión más concreta de mi participación física en las actividades que desarrolle el Maisal de ahora en adelante la veo limitada, por un tiempo, por lo menos por este semestre. En este momento no me siento en capacidad de asumir compromisos a ese nivel.
Comprendo que el compromiso con Mais es un compromiso de libertad y así lo asumo. Lo esencial y lo importante es que yo hago parte del círculo intangible de Mais y voy a seguir haciendo parte, porque es un círculo de amor y el Amor es eterno.
No me quieran menos, yo los quiero cada día más.
Juliana.
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