En vez de una espiritualidad uniforme todos los días del año, indiferentes a la relación Hombre - Tierra - Luna - Sistema solar - Estrellas, restablezcamos todas nuestras relaciones y correspondencias, incluso atendiendo nuestra propia idiosincracia individual (cada uno es original, distinto).
El calendario tradicional es el Yoga de Amerikua, en el sentido de que nos da las pautas para vivir según los ritmos existenciales (macrocósmicos y microcósmicos). Su estudio y práctica nos permite ir más allá de razonamientos, fraseologías y palabras gastadas, así como de un yoga devocional o gimnástico.
Nuestras tradiciones de sabiduría, guardadas en las comunidades aborígenes más a salvo de la “civilización”, mantienen ese culto del ciclo ritual anual y de ciclos mayores, legado de nuestros antepasados. Lo observamos, por ejemplo, entre los Huicholes o Wirráricas, y los diferentes pueblos y razas agrupados bajo el Emblema Maya; tambien en numerosas comunidades de pueblos del Norte, Centro y Sur América que han logrado preservar esta herencia espiritual de nuestros Abuelos.
Fuente: AMERIKUA
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